Sistemas de alerta a modo de necesidad para la industria química
La seguridad en las refinerías, factorías y, generalmente en toda la industria química, es la prioridad número uno. El contacto con los productos químicos puede resultar fatal no solo para los empleados de las instalaciones químicas, sino también para las comunidades humanas y medioambientales del entorno. Según la OMS, el contacto profesional con los productos químicos causa alrededor de 1,3 millones de muertes al año (es decir, en torno a un 2,3% del número total de fallecidos). Esta circunstancia reduce el número total de años en la población humana en aproximadamente 43 millones de años debido a enfermedades, discapacidades o muerte prematura (medido en unidades llamadas DALY, es decir Años de vida ajustados por discapacidad). Por lo tanto, los sistemas de alerta son una necesidad para la industria química; no obstante, es necesario adaptarlos a las condiciones específicas de las operativas químicas.
Explosiones, incendios, envenenamientos y otros riesgos
A lo largo de la historia se han producido terribles tragedias en la industria química. Un triste símbolo, por ejemplo, fue la fuga de isocianato de metilo ocurrida en Bhopal, India, en 1984, donde según diversas fuentes fallecieron 16 mil personas y aproximadamente otras 500 mil resultaron heridas. ¿Qué tipo de sistemas de seguridad deben implementarse, por lo tanto, para evitar catástrofes similares?
No existe un sistema único que sea ideal. El motivo es que las plantas industriales desarrollan actividades distintas y utilizan productos químicos diferentes. Existen numerosos ejemplos; sirva como ilustración el hidrógeno, que es altamente inflamable, mientras que el amonio y el cloro son increíblemente tóxicos, y el nitrato de amonio es excepcionalmente explosivo. Fue precisamente el nitrato de amonio el que produjo una reciente deflagración en un almacén de Beirut, Líbano, en agosto de 2020 (causando al menos 220 fallecidos).
Para finalizar, sustancias distintas reaccionan de manera diferente en entornos diversos y, en consecuencia, los sistemas de alerta deben responder a las diferentes condiciones operativas.
Asimismo, las normas de seguridad también han cambiado drásticamente desde el desastre de Bhopal. Sin embargo, lo que no ha cambiado aún es el hecho de que la presencia de sustancias peligrosas debe ser controlada continuamente, y se toman las medidas necesarias cuando las concentraciones de sustancias nocivas superan los niveles permitidos. Se definen al menos dos niveles de concentración de sustancias peligrosas:
- Niveles de aumento, cuando las concentraciones de sustancias nocivas han aumentado, pero las vidas humanas no corren peligro inmediato.
- Niveles de emergencia, cuando las concentraciones de sustancias químicas nocivas han aumentado tanto que se superan los umbrales críticos permitidos por las normas de seguridad, y las vidas humanas están directamente en peligro.
Los dos niveles de vigilancia anteriores deben tenerse en cuenta e integrarse en un sistema de seguridad y alerta, que cumpla simultáneamente las funciones de monitoreo, alerta y comunicación. En otras palabras, el sistema debe ser capaz de identificar un problema, comunicarlo a los responsables y facilitar una respuesta en función de una situación concreta. Además, debe estar automatizado y ser capaz de adaptarse rápidamente a los requisitos del entorno (por ejemplo, ruidos fuertes).
Desde el centro de control hasta un teléfono móvil
Un sistema de seguridad en la industria química normalmente está formado por tres componentes:
- Centro de control
- Sistema de megafonía local
- Red de comunicaciones
El corazón del sistema en la industria química es un centro de control que realiza labores tanto de monitorización como de alerta. El software central (Vektra® que ofrece la compañía Telegrafia, por ejemplo) monitoriza los niveles de concentración de sustancias peligrosas. En caso de incremento, informa al personal responsable, activa una señal de alerta o una secuencia de alerta automatizada y, en caso de emergencia, puede comunicar también con los sistemas de seguridad civil y los servicios de emergencia.
Un sistema de megafonía local (por ejemplo, Amadeo, hecho por la compañía Telegrafia) dotado de altavoces, amplificadores y micrófonos propios para dirigirse a una amplia audiencia, se instala en las unidades operativas individuales de una planta química. Las estaciones de trabajo individuales dentro de sistema de megafonía comunican con el centro de control y monitorizan las concentraciones de productos químicos peligrosos con la ayuda de diversos sensores. También realizan una función de alerta utilizando altavoces eléctricos o de presión en función del ruido en el entorno y las balizas. Todos los paneles de control pueden trabajar de forma autónoma, sin las comunicaciones necesarias con el centro de control.
La red de comunicaciones es una red de radio, que consiste principalmente en dispositivos móviles y unidades de control conectadas a los puestos de trabajo del sistema de megafonía. Se utiliza para la comunicación entre el centro de control y el personal, así como entre los diferentes miembros del personal.
Sistemas totalmente completos y a medida
A pesar de disponer de unos estándares de seguridad más estrictos, la industria química continúa siendo una de las industrias de mayor riesgo. Las tragedias como la ocurrida en Bhopal, Beirut, o la fuga de residuos tóxicos de 2010 en una planta de aluminio próxima a la población húngara de Ajka, cerca de Eslovaquia, no pueden suceder nunca más. Para evitarlas, el nivel de complejidad y adaptabilidad de las tecnologías del sistema de alerta están creciendo. Telegrafia, uno de los líderes en la materia, está desarrollando este tipo de sistemas para mantenerse un paso por delante de sus competidores.
Artículo escrito por
Miroslava Malachovska
Miroslava es directora de marketing. Lleva más de doce años trabajando para Telegrafia. Empezó como asistente en el departamento de ventas para trabajar posteriormente como coordinadora del centro de formación. Después de reincorporarse tras la baja de maternidad ha estado trabajando para el departamento de marketing. La experiencia y el conocimiento obtenidos le han proporcionado una sólida base para el desafiante y creativo trabajo que realiza ahora en el departamento de marketing. Le gusta correr y se mantiene en forma con un entrenamiento regular y preparándose para correr medias maratones.
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