Una sirena – el nuevo tótem de Telegrafia
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Una sirena. Un instrumento de alerta que emite un sonido aterrador y que para muchas personas evoca la llegada de un peligro inminente. La muerte acechando a los ojos de quienes han sido alertados pero con una intención totalmente opuesta: proporcionar información y dar tiempo a las personas para evitar un destino fatal. Esta definición ha prevalecido durante unos 220 años y refleja los objetivos de nuestra sociedad. Del mismo modo que la compañía Telegrafia intenta cumplir la función de protección imaginaria para la población, también ella necesita un patrón que cumpla esta función entre su gente. Y a partir de hoy, ya tenemos uno. La sirena, una criatura mítica alada, es el nuevo tótem de Telegrafia. Debemos remontarnos a la antigua mitología para indagar en su significado y definición, si bien es mejor dejar esta tarea a la talentosa autora de la escultura de la Sirena, Kateřina Šťastná:
“Telegrafia tuvo la idea de crear un objeto que representara visualmente a la compañía. Un objeto a través del que algo auténtico pudiera fluir y, de este modo, convertirse potencialmente en el símbolo de la compañía. Creo que existen símbolos que provocan ideas en nuestro interior, a menudo de manera inconsciente, y que construyen historias. Estas historias son diferentes y, sobre todo, individuales. Y esta habilidad para estimular es lo que me fascina tanto sobre el arte. Asociaciones de este tipo, imágenes como estas en mi cabeza, a menudo tienen un motivo. Y después permanecen con nosotros solo mientras las necesitamos.
Como es natural, estoy muy acostumbrada a trabajar con el cuerpo humano. Todos estamos familiarizados de alguna manera con la masa de la figura humana; quizá por eso la utilizamos para describir situaciones o explicar historias enteras. Puede haber gestos ocultos, incluso en los detalles más pequeños, que pueden provocar o suscitar preguntas y darnos pistas para la lectura. Estimulan y ponen al espectador en la inevitable situación de establecer diferentes tipos de contacto con una escultura, una pintura o una fotografía. Y provocan indignación y deleite.
Para este trabajo, escogí historias sobre mujeres pájaro que, por un lado, atraían a los marineros con sus bonitas voces y, por otro, protegían ferozmente su isla estrellando sus pequeños barcos contra los afilados riscos de sus arrecifes. Su voz y su sonido eran esenciales en lo que a la existencia respecta.
La historia ha retratado a estos seres de diferentes maneras. Su forma original, sin embargo, se acercaba a la de una figura femenina con alas y garras o, por el contrario, a pájaros con un rostro femenino. En el caso de la sirena de Telegrafia, elegí trabajar con el cuerpo alado de una mujer. Sentada tranquilamente en un pedestal, con los ojos cerrados y en silencio. Sostiene un cigarrillo en la mano derecha, pero su ala izquierda está inmóvil firmemente bajo control. Tranquila, pero estable y firme.
La Sirena vivió conmigo durante casi dos años, desde el primer impulso, los borradores y bocetos, hasta el largo periodo de modelado en el que convivimos encerradas en el estudio durante un sinfín de horas. Tocas el material maleable y a través de un proceso gradual, emerge bajo tus manos algo con lo que, sin que te des cuenta, te vas fundiendo con el tiempo.
Una vez más me gustaría agradecer a Telegrafia este reto excepcional y esta fantástica oportunidad.”
Motivos mitológicos, la imagen de la sociedad y el alma de Telegrafia. Una combinación que, según la autora, crea la imagen y la esencia de esta escultura. Sin intentar añadir nada al comentario de la autora, utilizaré sus palabras para presentar uno de los símbolos que ha sido objeto frecuente de preguntas, el cigarrillo. Viene a representar el mundo de los negocios, pero reflejando también la naturaleza relajada y la espontaneidad de nuestra compañía. Sin embargo, depende de nosotros decidir qué elementos representativos añadir a la obra de arte que los empleados de Telegrafia contemplan cada día cuando entran en nuestro edificio. No importa lo objetivos que seamos, el arte continúa siendo subjetivo. Y si me equivoco… no es más que mi opinión. Nos gustaría agradecer a la artista, Katerina Šťastná, su dedicación, su tiempo y la admirable imitación de la difícil tarea de personificar las ideas de una compañía que fabrica sirenas electrónicas. Mientras otros serían incapaces de pronunciar una frase coherente al respecto, ella ha conseguido retratarlas en una obra de arte.
Artículo escrito por
Róbert Jakab
Robert es como una fotografía en movimiento, porque es como un video. Puede capturar 60 imágenes por segundo. Siempre que pasa algo, lo registra. Actualmente, está trabajando en videos más pequeños y espera hacer un largometraje algún día y luego su secuela. Telegrafia 2: Monkey Power (Poder de mono)
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