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¿Qué elemento es el más peligroso para la vida humana? Si no consideramos a las personas como el quinto elemento, el agua podría ocupar el primer lugar de esta lista imaginaria. Pero a pesar de su carácter cambiante, este elemento también puede también considerarse como el guerrero que lucha, en mi opinión, contra el titular del segundo puesto: el fuego

El aumento de las temperaturas medias, los récords anuales de temperatura y, sin ningún género de duda, la estupidez humana hacen que los incendios, cada vez más frecuentes, destruyan nuestro planeta. El fuego ha marcado de forma indeleble nuestra flora y fauna a lo largo de la historia, ya sea debido a la pérdida de vidas humanas o a la destrucción causada.

Escarbando un poco en la historia encontraremos los incendios más devastadores y que más vidas se han cobrado. En el pasado los incendios suponían un peligro aún mayor para el ser humano, sin apenas posibilidad de prevención ni de evacuación rápida. La ciudad de Peshtigo, en el estado norteamericano de Wisconsin, es uno de los ejemplos disuasorios. El incendio forestal de 1871 se cobró más de 1.500 vidas y arrasó centenares de miles de kilometros cuadrados de tierra. En la actualidad, los incendios amenazan nuestro espacio vital, las cosechas y la Tierra.

Además, el número creciente de incendios es ya un hecho. En las últimas décadas, el número de incendios se ha incrementado drásticamente, incluso en las zonas más frías del planeta como Siberia, Canadá y Alaska. Además de los masivos incendios ocurridos en Australia, la tundra siberiana es el lugar donde el fuego ha destruido la porción más considerable de nuestro planeta.  En concreto, entre 2019 y 2020 se destruyeron más de 240.000 kilometros cuadrados en Australia y en 2021 el fuego arrasó 200.000 kilometros cuadrados en Rusia.

Si los dragones ya no existen, entonces ¿a qué se deben? Las causas de los incendios son variadas. Pueden ser por razones naturales o humanas. O una combinación de las mismas. Los incendios controlados son de especiales, están regulados por el ser humano y, por tanto, sirven como herramienta para la gestión forestal. En las zonas más cálidas del mundo, como Australia o California, el clima reseco y caluroso hace que la vegetación se seque. De esta forma se crea el combustible perfecto para un incendio. Pero cualquier cosa puede provocar un incendio: desde un rayo, un tendido eléctrico caído, malas prácticas agrícolas o una hoguera mal apagada o encendida. Un incendio puede iniciarse fácilmente, pero lo que lo propaga inmediatamente a grandes distancias es un clima inadecuado. El calor implacable y el fuerte viento son las principales razones de la incontrolable propagación del fuego. Entonces, ¿qué podemos hacer contra el fuego?

La prevención más simple, al menos en lo que a las causas humanas respecta, es manejar el fuego de forma segura. Aún así, la Madre Naturaleza es quien manda y quien impone su voluntad. Cuando se ha producido un incendio y se propaga de forma rápida e incontrolable, se requiere una acción inmediata para detenerlo, o al menos para frenarlo. ¿Y qué hay de las personas? Necesitan contar con un sistema de alerta temprana para poder responder con cuidado a un incendio que se va aproximando.

Telegrafia, el líder del mercado en dispositivos de alerta masiva, tiene en su cartera de productos este tipo de sistemas. Además, Telegrafia ofrece una solución completa para incendios y otros desastres naturales. Las sirenas de la empresa son totalmente funcionales y fiables incluso cuando funcionan a altas temperaturas. Las cajas de las sirenas y las bocinas de los altavoces, la principal fuente de propagación de las señales de alerta, son resistentes al calor, a otros efectos medioambientales y a los caprichos del tiempo.

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Artículo escrito por

Róbert Jakab

Robert es como una fotografía en movimiento, porque es como un video. Puede capturar 60 imágenes por segundo. Siempre que pasa algo, lo registra. Actualmente, está trabajando en videos más pequeños y espera hacer un largometraje algún día y luego su secuela. Telegrafia 2: Monkey Power (Poder de mono)