Japón 10 años después
Normalmente asociamos la palabra aniversario con connotaciones positivas. Como una celebración de la vida, una conexión o un hito significativo. Sin embargo, este no es el caso. Han pasado 10 años. Durante 10 años Japón ha estado recuperándose, tomando aire y, quizás, intentado olvidar el desastre que sacudió su región noreste. Sus consecuencias todavía se investigan.
El 11 de marzo de 2011 ocurrió uno de los mayores desastres de las últimas décadas que afectó a esta zona de Japón: un terremoto de 9,0 grados en la escala de Richter seguido por un tsunami con una altura superior a 15 metros que causaron el derrumbe de la planta de energía nuclear Daiichi de Fukushima. El Día del Juicio Final. El tsunami se cobró la vida de 20.000 personas y otras 2.000 permanecen desaparecidas.
¿Qué pasó ese día?
A las 14:46 hora local, la provincia de Miyagi, al noreste del país, también conocida como la región de Tohoku, se estremeció con un enorme y destructivo terremoto de 9,0 grados de magnitud. Fue el mayor temblor jamás registrado en Japón. Estadísticamente estos terremotos tan fuertes ocurren cada 20 años y suponen la fuerza destructiva más grande jamás conocida.
Momentos después del terremoto, la costa noreste fue inmediatamente engullida por una serie de olas masivas de tsunami. La fuerza del agua destrozó y devastó literalmente ciudades y pueblos costeros, se llevó barcos tierra adentro, arrasó miles de casas y arrastró los escombros, vehículos y todo lo que encontró en su camino de retorno al mar. La avalancha de agua destruyó los puertos de tal manera que no pudieron volver a ser reparados.
El desastre nuclear de Fukushima
La planta nuclear de seis reactores de Fukushima, operada por la compañía Tokyo Electric Power en Futuba y Okuma se interpuso en forma de “muro” ante la demoledora masa de agua. Debido a los temblores y al tsunami, los reactores 1 y 3 dejaron automáticamente de trabajar y los generadores de respaldo se ocuparon de enfriarlos. Un desastre imparable desvelado. Llegaron las inundaciones, el suministro de energía a los reactores 1 y 5 fue detenido, interrumpiendo así todo el sistema de refrigeración. En ese momento, los reactores 4 y 6 estaban apagados debido a la realización en curso de trabajos de mantenimiento. Como consecuencia del fallo en los sistemas de refrigeración y su sobrecalentamiento completo, se produjeron sucesivas fusiones en los reactores 1 y 3.
A continuación llegó la tercera fase del desastre – después del terremoto y del tsunami, la zona afectada fue fustigada con explosiones de hidrógeno en los edificios con los reactores 1, 3 y 4. Más de 450.000 personas fueron evacuadas en un radio de 20 kilómetros en los alrededores de la planta nuclear. Actualmente, la zona contaminada es significativamente más amplia, y el desmantelamiento de los reactores podría durar hasta 2051.
10 años después
El 11 de marzo de 2021 a las 14:46 hora local, el silencio, las oraciones y los recuerdos inundan todo Japón. Justo una década después de una catástrofe inolvidable. El gobierno, las personas, pero especialmente aquellos que lo sufrieron directamente, rinden tributo a sus amigos menos felices y contienen las lágrimas con la esperanza de que nunca más vuelva a ocurrir una situación similar. Las regiones afectadas se están recobrando poco a poco. Carreteras, puertos, hogares y campos han vuelto a la normalidad. Las heridas y los corazones de los habitantes de la región afectada, cuya experiencia les ha unido, han sido remendados. A pesar del impacto en el área y de su peligrosa ubicación, han decidido permanecer y continuar sus vidas en el lugar que les vio nacer. La magnitud de las consecuencias, catastróficas ya solo por el número de fallecidos y la cantidad de daños materiales, no refleja necesariamente la extensión de los daños producidos en la zona. Los miles de millones de yenes que el país ha dedicado a la reconstrucción también han ayudado a incrementar la prudencia y a procurar sistemas de alerta que sirvan de ayuda en situaciones similares. Ganar tiempo de respuesta también puede significar la salvación de un incontable número de vidas.
Sistemas de alerta de Telegrafia
No se trata de un anuncio sino más bien de un deseo de ayuda. Telegrafia proporciona soluciones de alerta y aprovecha las tecnologías punteras y el poder de las sirenas electrónicas para enviar alertas tempranas de forma masiva a la población en este tipo de emergencias. Tanto si se trata de un tsunami, de un terremoto o de cualquier otro peligro que amenace la vida de las personas, estamos aquí para permitirle ganar más tiempo.
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Nosotros somos la solución. Hemos hecho de esta idea el credo de la compañía, queremos que sepa que podemos ser también su solución.
The article was written by
Róbert Jakab
Robert is like moving photography – because he is a video. He is able to capture 60 frames per second, so when something happens, he records it. He is also works on smaller videos to make an evening movie…and then continuing the second part. Telegrafia 2: Monkey power
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