En el pasado, antes de la era de las modernas comunicaciones, las campanas de las iglesias se utilizaban para convocar a la comunidad con múltiples propósitos, tanto religiosos como seculares. Sonaban en las iglesias con una variedad de propósitos ceremoniales, ya fuera para llamar a los feligreses a acudir al templo para un servicio comunal, para anunciar una ocasión especial como una boda o un entierro, para indicar la hora exacta o incluso como alarma en caso de ataque o incendio. Con el paso del tiempo, muchos de estos cometidos han sido delegados en otros dispositivos, pero las campanas no han desaparecido. Si bien han reducido su uso, continúan ejerciendo sus funciones más habituales. Sin embargo, tienen ciertos puntos débiles en lo que a su operación y mantenimiento respecta. Actualmente, cada vez con mayor frecuencia, las gigantescas campanas metálicas están siendo remplazadas por tecnología moderna. Hablamos de campanas electrónico que pueden simular con asombrosa fidelidad e incluso ampliar los sonidos que las personas vienen oyendo desde hace siglos.

Las campanas de las iglesias se han convertido en un símbolo de la comunidad y de la tradición, especialmente en los pueblos. Además, las iglesias y las catedrales con campanas tradicionales son monumentos históricos muy importantes; por lo tanto es esencial mantener sus funciones y su trascendencia.

Sin embargo, no siempre es fácil realizar el mantenimiento de las campanas clásicas, y los motivos son diversos. El primero y más importante es su precio. El fundido de algunas de las campanas de tipo antiguo puede costar más de 15.000 euros, a lo que hay que añadir los costes considerables de transporte, instalación y mantenimiento. Tampoco es sencillo encontrar a una persona que sea capaz de hacer funcionar un elemento de este tipo (por ejemplo en las iglesias). Además, las campanas son de latón, bronce o hierro y su elevado peso puede alterar la estructura del edificio de la iglesia, especialmente en edificaciones históricas. Si las campanas se agrietan, las reparaciones resultan muy costosas y requieren mucho tiempo.

Por todas estas razones, los administradores de las iglesias están buscando otros modos para conservar las funciones informativas, de alerta y culturales e históricas que desempeñan las campanas tradicionales. Las campanas electrónicas, como el modelo Urban de Telegrafia, combina diversas ventajas que pueden dividirse en varias categorías:

• Fiabilidad – las campanas Urban están hechas de aleación de aluminio ligera y duradera y, dependiendo de la versión, están provistas de una fuente de alimentación de respaldo en caso de fallo en el suministro eléctrico.
• Bajo coste – los costes de instalación y mantenimiento, en particular, se minimizan.
• Variabilidad en el número de sonidos y funciones – las campanas Urban pueden reproducir diferentes sonidos, señales de alerta, mensajes de viva voz a través de un micrófono y otros sonidos y tonos programables.
• Fácil control – las campanas pueden controlarse de forma remota utilizando un dispositivo compatible XBee® o Wi-Fi, o bien un teléfono móvil.
• Adaptabilidad a las necesidades de la iglesia – los modelos disponibles difieren en sus funciones y potencia acústica.
• Programación de tonos – el software Ring Scheduler® permite realizar una rápida planificación y control de cada uno de los tonos

Para mantener el atractivo visual de las modernas campanas computerizadas (por ejemplo en las iglesias históricas), pueden activarse unas maquetas de campana reales junto con el tañido digital de las campanas electrónicas.

Diversas comunidades en todo el mundo pueden disfrutar de todas las ventajas que ofrecen las campanas electrónicas, sobre todo allí donde no pueden permitirse la construcción de un campanario tradicional, o bien donde sus vidas están organizadas de forma más tradicional. Telegrafia ha instalado su moderna tecnología en la iglesia de Las Piedritas, en Argentina, y en una iglesia de Camerún, donde la función de convocatoria de la campana es de gran importancia.

Capillas, iglesias o catedrales necesitan sistemas diferentes, por lo que las campanas electrónicas Urban están disponibles en tres versiones. El modelo Urban S, más compacto, proporciona un buen sonido para iglesias pequeñas. Al mismo tiempo, el modelo Urban M ofrece total funcionalidad incluso en caso de caída del sistema eléctrico gracias a la batería de respaldo integrada y a su excelente relación entre precio y rendimiento. Para las iglesias más grandes se recomienda el modelo Urban L, que puede integrarse con otros sistemas de sonido. Su elevada potencia acústica, con una amplia cobertura de sonido, y sus diversos métodos de control son otras de sus grandes ventajas.

Las campanas electrónicas representan una versión moderna y económica de los carillones tradicionales. En algunos casos, el uso de una campana mecánica puede ser una cuestión de trascendencia histórica o prestigio. Aún así, la tendencia cada vez más frecuente de las comunidades religiosas de todo el mundo es proceder a su remplazo. Así, recordando a Hemingway, podemos decir que las “campanas todavía no han doblado” para las grandes campanas mecánicas de las iglesias. El sonido de las campanas tradicionales que ha significado tanto durante siglos pude ser muy bien emulado por los sistemas electrónicos en la nueva era digital.

Artículo escrito por

Miroslava Malachovska

Miroslava es directora de marketing. Lleva más de doce años trabajando para Telegrafia. Empezó como asistente en el departamento de ventas para trabajar posteriormente como coordinadora del centro de formación. Después de reincorporarse tras la baja de maternidad ha estado trabajando para el departamento de marketing. La experiencia y el conocimiento obtenidos le han proporcionado una sólida base para el desafiante y creativo trabajo que realiza ahora en el departamento de marketing. Le gusta correr y se mantiene en forma con un entrenamiento regular y preparándose para correr medias maratones.