Los fenómenos naturales de carácter extremo han supuesto siempre una amenaza para la humanidad. En la actualidad, a pesar de disponer de numerosas formas de respuesta, la frecuencia de los desastres continúa incrementándose de forma espectacular debido al cambio climático. La cantidad de desastres naturales registrados ha aumentado una tercera parte desde 1990. En 2019 ocurrieron en el mundo 361 fenómenos catastróficos, lo que significa prácticamente un desastre natural diario con riesgo para la vida de las personas.

Estos fenómenos incluyen terremotos, erupciones volcánicas, sequías, tormentas tropicales, inundaciones, deslizamientos de tierra, incendios y episodios climatológicos extremos. Muchos de ellos no pueden prevenirse (como los terremotos), pero sí que es posible prepararse para cuando ocurran. ¿Qué nos dicen los datos sobre desastres naturales y cómo podemos protegernos mejor de catástrofes de este tipo?

A partir de los datos relativos a la población mundial, podría esperarse que el número de víctimas en el futuro fuera en aumento proporcionalmente al creciente número de desastres, especialmente si tomamos en consideración el incremento de población. Sin embargo, ocurre lo contrario. El número de fallecimientos causados por desastres naturales se estabilizó en los años 80 en unos 60.000 al año (sirva a modo de comparación las 500.000 víctimas de los años 30).

A pesar de que continúa habiendo muchas muertes, la prevención ha tenido un resultado considerable. Hay muchas razones gracias a las cuales es posible salvar más vidas en la actualidad:

1. Tecnologías de previsión y pronóstico más modernas: sismógrafos, estaciones meteorológicas y otros sensores capaces de reaccionar a una emergencia con mayor anticipación.
2. Infraestructura avanzada: métodos de planificación de construcciones más seguros, mejores materiales
3. Mejor preparación de los servicios de emergencia y rescate: mejor organización de la población en emergencias y mejor formación de los servicios de emergencia y rescate
4. Sistemas de alerta y notificación: alerta y notificación temprana y fiable mediante el uso de sirenas modernas y otras tecnologías avanzadas

A diferencia del pasado, cuando las sequías y las inundaciones se hallaban entre los tipos de desastres más devastadores, el mayor peligro en el mundo actualmente son los terremotos. En general, las personas económicamente más desfavorecidas con una infraestructura precaria son las más expuestas a los riesgos.

La arquitectura de un sistema de alerta es bastante simple. Hay cuatro componentes interconectados, del siguiente modo:

1. Conocimiento del riesgo
2. Supervisión técnica y equipamiento de alerta
3. Diseminación de la información de alerta
4. Preparación para reaccionar y evacuar

En el núcleo del sistema se encuentran componentes tecnológicos como diversas estaciones de monitorización, por un lado tecnologías móviles y vía satélite, y por otro sirenas y otros dispositivos de alerta.

Los riesgos varían de un lugar a otro; mientras que los terremotos pueden suponer la mayor amenaza en algunas áreas, las tormentas tropicales o los incendios forestales pueden ser el mayor peligro en otras. La oferta de Telegrafia incluye todo tipo de sirenas electrónicas (sirenas fijas y móviles, por ejemplo), sistemas de megafonía, estaciones de monitorización, así como software de alerta que permite la coordinación de todas estas tecnologías.

Existen varios casos en los que los países han sido capaces de utilizar sistemas de alerta para mejorar la seguridad de sus ciudadanos. Sirva como ejemplo Cuba, que ha conseguido establecer un sistema de prevención de tormentas tropicales con solo siete fallecidos en cinco inundaciones. Bangladesh, un país igualmente afectado por condiciones meteorológicas extremas, posee un eficiente sistema de alerta de 48 horas. Si bien Japón y las Islas del Pacífico notificaron alrededor de las 15.000 víctimas en el terremoto y posterior tsunami de 2011 después de probar sus nuevos sistemas de alerta, el número de fallecidos es incomparable con las 200.000 personas que perdieron la vida en una catástrofe similar como la que tuvo lugar en Tailandia en 2004. Resulta fundamental conocer el lugar en cuestión y las amenazas más graves que le acechan.

La calidad de las sirenas y tecnologías de alerta ha alcanzado un alto nivel; son útiles y muy fiables. Sin embargo, con el cambio climático, no solo es necesario tener en cuenta todo tipo de riesgos, sino que también es preciso construir sistemas efectivos en todos los aspectos. La tecnología por sí misma no puede ser suficiente. Se requiere examinar las amenazas (emergentes) en localizaciones concretas y estar preparado para todo. Las estadísticas y los relatos de éxito que llegan de muchas partes del mundo han demostrado que la humanidad se halla en la senda correcta en lo que al uso de sistemas de alerta respecta.

Artículo escrito por

Zuzana Jacova

Zuzana trabaja en el departamento de marketing de Telegrafia. Su responsabilidad principal es supervisar Google Ads y Facebook. El marketing online es cambiante, lo que le proporciona la oportunidad de expandir constantemente sus conocimientos y aplicarlos en entornos reales. Después de trabajar, le gusta relajarse en el gimnasio y ver buen cine.