Cada país en el mundo gestiona las emergencias causadas por emisiones nocivas de forma diferente, un aspecto recogido en su legislación nacional.

Echemos un vistazo a cómo funciona en la República Eslovaca.

En las últimas décadas han tenido lugar en diversas ocasiones fugas de sustancias peligrosas que han causado lesiones o incluso pérdidas de vidas humanas considerables en la población local. En 2006 se aprobó una nueva ley en respuesta a estos accidentes. La nueva norma estipula que todos los potenciales fabricantes y operadores de sustancias peligrosas deben construir un Sistema de alerta temprana y notificación conectable a un Sistema de alerta nacional superior gestionado, a su vez, por las fuerzas de protección civil en el Departamento de Gestión de Crisis del Ministerio de Interior de la República Eslovaca.

En primer lugar y lo que es más importante, entre los fabricantes y operadores susceptibles de constituir un riesgo potencial se incluyen los estadios de deportes de invierno que utilizan amoniaco (NH3) en su actividad de negocio. Según la federación de hockey IIHF, en la República Eslovaca hay 60 pabellones de invierno y 17 pistas de hielo al aire libre. Frecuentemente están situados en zonas con un gran desarrollo urbanístico, donde una potencial fuga de amoniaco (NH3) supone un serio riesgo para la salud de multitud de personas. Las fábricas de comida que utilizan amoniaco (NH3) para refrigerar, almacenar y congelar sus productos son otros fabricantes potencialmente peligrosos. A

La segunda categoría de fabricantes y operadores incluyen industrias papeleras que utilizan cloro (CL2) para su manufactura. Similarmente, el cloro (CL2) se utiliza en piscinas y parques acuáticos para la desinfección del agua.

En tercer lugar, hay una categoría especial de compañías que extraen gas y petróleo y almacenan diversos tipos de sustancias explosivas, entre otros muchos.

Para que un sistema de alerta temprana y notificación funcione bien debe incluir dos partes. Una de ellas, que solemos conocer como sistema de supervisión, es el que detecta la fuga de sustancias nocivas. La otra, llamada sistema de alerta temprana y notificación, está conectada al sistema de monitorización, emite un aviso en caso de emergencia y notifica a las personas responsables. La interconexión directa de ambos sistemas es esencial y precisa, habida cuenta de la necesidad de avisar y notificar a tiempo a las personas que viven en la zona de riesgo. Tal y como se desprende del título del artículo, un sistema autónomo es completamente independiente. En caso de caída del suministro eléctrico, el sistema cuenta con un respaldo de 72 horas. Si los operadores experimentaran una situación de pánico o no respondieran lo suficientemente pronto, el sistema se activa automáticamente. En ocasiones, el sistema puede detectar una fuga de sustancias peligrosas de forma no intencionada, a pesar de que no haya una fuga real, y emitir una falsa alarma. Si ocurre una situación como esta, el sistema activa un período de cuenta atrás de cinco minutos para evitar que las sirenas se activen y alarmen a las personas que viven en las inmediaciones. Este es el período durante el que los operadores pueden evaluar y analizar la situación y tomar las medidas oportunas. Además, si se comprueba que se trata de una falsa alarma, los operadores pueden desactivar el sistema de alerta y notificación. Si existe una fuga real o los operadores no responden inmediatamente, las sirenas se activan automáticamente.

Los sistemas de alerta se han ampliado para incluir un sistema de notificación, lo que significa que las sirenas del sistema están provistas de un módulo GSM. Este módulo puede notificar y mobilizar los servicios de emergencia y rescate a través de una red GSM en caso de que hubiera una fuga peligrosa.

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