El cambio climático ha causado en los últimos tiempos una mayor incidencia e intensidad de terremotos, inundaciones o huracanes. Los sistemas de alerta, que en la actualidad ya han perdido su forma original de antaño consistente en tan solo una serie de sirenas conectadas entre sí, son un elemento altamente eficaz para controlar este tipo de amenazas. Estos sistemas son redes complejas de componentes diseñados para reducir el riesgo de desastres naturales o de otro tipo, e informar oportunamente sobre estas eventualidades. Los sistemas de alerta de seguridad suelen combinar varios dispositivos: además de las sirenas, también incluyen sensores, instrumentos de medición y medios de comunicación (como un sistema SMS para enviar mensajes cortos, radio e Internet).

A pesar de que los sistemas de alerta varían, un estudio de la PNUD distingue cuatro componentes clave en todos ellos:

1. Concienciación del riesgo – un sistema debería incluir información sobre los riesgos existentes tanto a largo plazo (por ejemplo, terrenos accidentados) como a corto plazo (por ejemplo, aglomeración de personas durante temporadas altas) que pudieran afectar a la seguridad de las personas que se encuentren en la zona.
2. Sistema de monitorización y alerta – un sistema de alerta debería comprender diversos medidores, sensores, monitorización vía satélite y estaciones meteorológicas, así como una infraestructura de sirenas u otros dispositivos de alerta.
3. Difusión y comunicación – medios y soluciones para hacer más eficiente el proceso de notificación de una alerta temprana, clara y adecuada. El estudio dice que lo que acostumbra a llevar a un fallo en todo el sistema de alerta suele ser un fallo en las comunicaciones.
4. Capacidad de respuesta – tecnología, personal y métodos utilizados por los servicios de emergencia y rescate para responder a una emergencia.

La implementación física dependerá, por lo tanto, de los riesgos existentes en cada zona. En Japón, por ejemplo, la prioridad es la protección contra los terremotos, mientras que en Islandia se hace un especial hincapié en facilitar información utilizando mensajes cortos durante una actividad volcánica y tormentas de nieve.

El motivo principal para la utilización de tecnologías de alerta es la protección de la vida de las personas. Además, las estadísticas muestran que las personas económica y socialmente más desfavorecidas tienen un mayor riesgo, lo que puede causar un impacto económico y resultar potencialmente en el descontento social. Hemos tenido ejemplos de ello como consecuencia del huracán Katrina en 2005 en Nueva Orleans, EE.UU, o el hecho de que el 70 por ciento de las víctimas del tsunami que ocurrió en el Océano Índico en 2004 fueran mujeres. Las mujeres y los niños son, con diferencia, mucho más vulnerables a todos los desastres.

Son diversos los beneficios de invertir en sirenas, sensores y otros dispositivos de seguridad:

1. Protección de la vida de las personas, primordialmente de aquellos miembros vulnerables de la población que no tienen otros esquemas de prevención.
2. Prevención de daños, no solo de los daños a la propiedad, sino también de los daños indirectos como los causados por las fluctuaciones demográficas.
3. Mantenimiento de la estabilidad económica, social y medioambiental.
4. Protección de la salud pública, por ejemplo, la prevención de la transmisión de enfermedades infecciosas tras las inundaciones.

Los costes de instalación no son pequeños, pero valen la pena. A este respecto, la publicación de Naciones Unidas hace referencia a varias estadísticas descriptivas. Por ejemplo, cuando el huracán Gustav afectó a la isla de Cuba en 2008, uno de los peores huracanes en los últimos 50 años, no hubo que lamentar la pérdida de vidas humanas gracias a una evacuación temprana, si bien destruyó 100.000 hogares. La tormenta tropical Bhola de 1970, en Bangladesh, causó la muerte de 300.000 personas. El uso de un nuevo sistema de alerta durante la tormenta Sidir, de intensidad similar, en la misma zona en 2007 redujo el número de fallecidos un 99% a tan solo 3.000 personas, a pesar de haber una mayor densidad de población.

El retorno económico de la inversión en tecnologías de alerta modernas también aparece en buena luz. Los números procedentes de China demuestran que una inversión de 3.150 millones de dólares consiguió evitar daños totales por un total de 12 mil millones, cuatro veces la inversión realizada. Las zonas con sistemas de protección contra inundaciones o de prevención de temperaturas altas extremas arrojan incluso mejores resultados.

Los beneficios reales confirman de este modo la importancia de disponer de sistemas de alerta. Gracias al rápido incremento de su desarrollo tecnológico (y las sirenas electrónicas o el centro de control no pueden ser excluidos de ello), su eficiencia continuará mejorando. Por lo tanto, la instalación de dispositivos de seguridad como los que incluye la cartera de productos de Telegrafia, supone un elemento clave para la gestión de riesgos. Habida cuenta de la situación actual, el papel que desempeñan estos elementos será aún más importante en el futuro.

Artículo escrito por

Miroslava Malachovska

Miroslava es directora de marketing. Lleva más de doce años trabajando para Telegrafia. Empezó como asistente en el departamento de ventas para trabajar posteriormente como coordinadora del centro de formación. Después de reincorporarse tras la baja de maternidad ha estado trabajando para el departamento de marketing. La experiencia y el conocimiento obtenidos le han proporcionado una sólida base para el desafiante y creativo trabajo que realiza ahora en el departamento de marketing. Le gusta correr y se mantiene en forma con un entrenamiento regular y preparándose para correr medias maratones.