
País del año 2020: Segunda parte
En la primera parte de este artículo viajamos a Sudamérica, en concreto a la región sudeste de Brasil para descubrir la zona donde Telegrafia ha suministrado el mayor número de sirenas electrónicas en 2020. Mencionamos que la inmensidad y la diversidad del paisaje hacen de Brasil un país rico en minerales metálicos y no metálicos, lo que representa el motivo principal para la existencia de numerosas minas en la zona. Son, por lo tanto, las compañías mineras las que adquieren sistemas de alerta para proteger a sus trabajadores y a los habitantes locales.
Aprendimos sobre la cultura y las atracciones de la región de Minas Gerais, el segundo estado más poblado y el cuarto más grande de la República Federal de Brasil. Después de leer el artículo seguro que coincide con nosotros en que se trata de una región fascinante y un destino que vale la pena visitar.
Es posible conocer todo el mundo trabajando desde Europa Central. Basta con tener un poco de interés. Habida cuenta de que se han instalado sirenas en más de 80 países por todo el mundo, tenemos todavía mucho por descubrir en nuestro viaje a cada uno de sus destinos.
La región de Pará
Permanecemos en Brasil y después de hablar de Minas Gerais queremos presentarle con más detalle la región de Pará. Efectivamente, un gran número de nuestras sirenas han viajado hasta esta zona por la misma razón: la industria minera. Sin embargo, en esta parte del artículo nos hemos trasladado al norte de Brasil. Pará es un estado atravesado por el río más largo del mundo (o por un grupo de ríos o un sistema fluvial), el Amazonas. La ciudad más grande y capital del estado es Belém, fundada en 1616 y situada en la desembocadura del río. Pará es la región más famosa del norte de Brasil y el segundo estado más grande del país. Produce caucho natural, mandioca, azaí, cacao, pimienta negra, coco, bananas, maderas duras tropicales como la caoba y, finalmente, minerales como el hierro o la bauxita. El nuevo cultivo básico es la soja, que crece en la región de Santarém. Los iconos más famosos de la zona incluyen, sin duda, la selva amazónica y el río más grande del mundo. El nombre del estado de Pará proviene de un afluente del Amazonas del mismo nombre, que puede traducirse como mar.
Hay más que suficiente para atraer su atención: la rica cultura de la región, la historia, la diversidad de su fauna y flora y una belleza infinita para contemplar. La isla de Marajó es la isla fluvial más grande y ocupa más de 600 mil hectáreas del Bosque Nacional de Tapajós. Un artículo como este es del todo insuficiente para describir las posibilidades y el atractivo que ofrece toda la región. Por lo tanto, permítanos elegir la capital de Belém y echar un vistazo más detallado al corazón de Pará, conocido por todos los brasileños pero no tan frecuentado por los viajeros.
Belém: El corazón de Pará
A pesar de que a menudo los turistas pasan de puntillas por la capital, dando preferencia a las maravillas naturales más populares del Amazonas que ofrece el interior, Belém es una de las ciudades brasileñas más culturales que sin duda vale la pena visitar. Desde la llegada de los portugueses en los siglos XVI y XVII, pasando por el auge de la producción de caucho en los siglos XIX y XX, esta capital representa un testimonio vivo de la historia de Brasil. Al visitarla en la actualidad podrá apreciar una perfecta mezcla de actividades, mercados, turismo gastronómico, museos y jardines. Nos gustaría explicar y resumir en pocas palabras lo que no debería perderse en su viaje a esta región.
El mercado de Ver-o-Peso
El mercado de Ver-o-Peso es claramente uno de los lugares más icónicos de Belém. Está situado cerca del Fuerte de Presépió y bien merece una visita. Cualquier habitante local al que le pregunte se lo recomendará por una simple razón: este mercado, con su mezcla de colores, fragancias y objetos es un lugar que conserva el alma de la región amazónica.
El mercado está dividido en segmentos que separan la esencia de sus productos. Hay una zona dedicada exclusivamente a frutas y verduras, otra al pescado seco y a los camarones, un segmento con comida y zumos (zumo exótico de azaí, por ejemplo), y un área donde se venden productos de artesanía indígena procedente del interior del estado y de la isla de Marajó. Podrá incluso encontrar un lugar donde comprar remedios naturales y “pociones mágicas”. De hecho no tendrá ni que pedir a los vendedores que le expliquen los beneficios de los aceites y las hierbas que se ofrecen. No se sorprenda si le proporcionan algún tipo de aceite para tratar el mal de ojo o “aceite de zapato”, muy bien valorado entre los vendedores como potenciador del rendimiento sexual.
Theatro da Paz (Teatro de la Paz)
Las visitas guiadas del Teatro de la Paz empiezan en el vestíbulo, hecho con materiales decorativos importados de Europa: Hierro fundido inglés en los arcos de las puertas, escaleras de mármol italiano, lámparas de araña francesas, bustos hechos de mármol de Carrera, esculturas de bronce francesas y paredes y techos pintados con escenificaciones del mundo clásico. Al menos eso es lo que la página web oficial del teatro dice. Dejando a un lado la pompa, lo más impresionante es el auditorio del teatro y sus detalles decorativos. Actualmente, la sala tiene capacidad para más de 900 espectadores. Siéntese y disfrute de los elementos de la mitología griega y romana representados en el techo central. Si tiene suerte podrá disfrutar de algún ensayo de la orquesta y experimentar el encanto de los tiempos pasados desde el balcón. Desde el vestíbulo sale un pasaje que le lleva a la estación de Docas.
Estación de Docas
La estación de Docas es un lugar peculiar. El antiguo puerto fluvial de la ciudad, perfectamente adaptado para la creciente industria del caucho, se ha transformado en nuestros días en un oasis de paz y ocio. Este proceso de convertir los puertos industrializados de antaño en centros culturales urbanos no es nada nuevo tampoco en las ciudades europeas. La estación se halla a la orilla de la bahía de Guajará. Ocupa tres de los antiguos almacenes, combinándolos en un único complejo. Cada uno de ellos posee una orientación distinta: el primero es un almacén de ropa y artesanía regional, el segundo está dedicado a la gastronomía (el más popular) y el tercero se utiliza para ferias y exposiciones. Imagínese que está cansado de todas las bellezas de la capital, haga aquí una parada y disfrute con una cerveza fresca en la mano de la puesta de sol en el horizonte reflejándose en el río frente a Usted. ¿O qué le parece un helado brasileño amazónico o unas nueces brasileñas con cupuaçu, conocidas por su sabor entre chocolate y coco?
El Fuerte de Presépio
Los colonizadores franceses utilizaban el término “Portugal Feliz” cuando hacían referencia al centro inicial del asentamiento de Belém. El centro era un complejo arquitectónico alrededor de la Plaza D. Frei Caetano, que incluía el Fuerte de Presépio, también conocido como Fuerte Castelo. Sin duda se trata de uno de los lugares más destacados que se remonta a la fundación de la ciudad. Tras las puertas de la fortaleza hay un patio interior con cañones originales. Los muros ofrecen unas excelentes vistas que llegan hasta el río Guamá, el lugar de celebración de la feria comercial de azaí y el mercado Ver-o-Peso. Sin embargo, la mayor sorpresa se halla escondida en una de las salas de la fortaleza: el museo Castelo de São Jorge, que acoge una muestra permanente de la historia local y de la colonización de la Amazonia brasileña. Las exposiciones presentan piezas de cerámica únicas hechas por los indios Tapajos y los habitantes de la isla de Marajó antes de la llegada de los portugueses.
La isla de Marajó
A pesar de que esta isla no se halla directamente en Belém, su visita es toda una experiencia. Marajó es un paraíso de paz, simbiosis y descanso donde los turistas pueden darse un capricho después de varios días de ajetreo y bullicio en la ciudad. En la isla podrá conocer con más detalle la cerámica Maraojara, disfrutar de hermosas playas, pasear por las antiguas haciendas o catar el delicioso filete Marajoara de carne de búfalo con una rodaja de queso elaborado con leche de búfalo. No es un lugar lujoso. Quizás quien más lo valore sea quien aprecie la simplicidad, un lugar ideal, en cualquier caso, para poner punto final a su viaje.
Antes de marcharse
Una pequeña pero a la vez enorme ventaja es visitar Belém en octubre, cuando Pará celebra el mayor festival religioso de Brasil, conocido como el Círio de Nazaré, que los habitantes locales describen como la mayor fiesta nunca vista. Se trata de una gran procesión con inicio en el centro de la ciudad y que finaliza en la impresionante Basílica de Nuestra Señora de Nazaret del Exilio. La procesión lleva a hombros una imagen de Nuestra Señora de Nazaret, que fue encontrada cerca de la iglesia en el siglo XVII y de la que se dice que obra milagros.
Todo lo dicho anteriormente es tan solo una pequeña parte de lo que Pará, Brasil, Sudamérica y todo el mundo puede ofrecer a un viajero curioso. En nuestro próximo encuentro dejaremos Brasil para desplazarnos hasta… ¡Déjenos sorprenderle!

The article was written by
Róbert Jakab
Robert is like moving photography – because he is a video. He is able to capture 60 frames per second, so when something happens, he records it. He is also works on smaller videos to make an evening movie…and then continuing the second part. Telegrafia 2: Monkey power
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