El temblor de una nación: Japón se tambalea con un terremoto de magnitud 7,6
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Un choque de placas tectónicas ha vuelto a poner en alerta al pueblo japonés. Un devastador seísmo sacudió el centro-norte de Japón el primer día del nuevo año, el 1 de enero, a las 16:10 hora local. El epicentro de este desastre natural estuvo situado en la península de Noto, que además se vio afectada posteriormente por una serie de réplicas de 5 grados en la escala de Richter.
Las cifras continúan aumentando
Varios miles de personas han perdido sus hogares de la noche a la mañana y ahora tienen que afrontar su destino. Viven con agotamiento e incertidumbre en la costa oeste de Japón, pero también tienen la suerte de no estar entre las más de 170 personas que han perdido la vida en el terremoto. Esta cifra, sin embargo, podría aumentar ya que todavía hay docenas de personas desaparecidas.
Mientras la población se recupera del desastre, miles de soldados, bomberos y oficiales de policía ayudan a mitigar las secuelas caminando entre las ruinas de los edificios cada día con la esperanza de encontrar supervivientes. Pero el peligro no ha terminado. Las autoridades han alertado sobre el riesgo de corrimientos de tierra, agravados por las fuertes nevadas en el epicentro del terremoto, la península de Noto, en la prefectura de Ishikawa.
Dejemos que el tiempo cure las heridas
Las fatídicas estadísticas son las siguientes: 70 personas murieron en Wajima, 70 en Suzu, 18 en Anamizu y el resto en otras cuatro ciudades. Hay al menos 323 personas todavía desaparecidas. Más de 560 personas resultaron heridas, y 1390 quedaron destruidas o están gravemente dañadas.
Habida cuenta de que se trata de zonas costeras, el poderoso terremoto también produjo un tsunami de varios metros de altura que aún causó más daños. Los meteorólogos japoneses han alertado a los ciudadanos de que podrían producirse otros fuertes temblores durante un período de un mes. Como hemos dicho antes, a pesar de que la frecuencia de estos temblores va en descenso, siguen siendo suficientemente potentes como para continuar causando daños y poniendo en peligro vidas humanas.
Pensar con antelación
Los esfuerzos por volver a una vida normal ya han empezado. Sin embargo, reconstruir la infraestructura dañada es el menor de los problemas. Debemos pensar con antelación e intentar asegurarnos que, en primer lugar, la población sea informada sobre una catástrofe inminente. Es la única manera de que las personas puedan prepararse para lo inevitable e inclinar la balanza a su favor. Y hagámoslo de manera que todo el mundo pueda oírlo. Tal y lo hacen los miembros de Telegrafia con sus sirenas electrónicas.
Artículo escrito por
Róbert Jakab
Robert es como una fotografía en movimiento, porque es como un video. Puede capturar 60 imágenes por segundo. Siempre que pasa algo, lo registra. Actualmente, está trabajando en videos más pequeños y espera hacer un largometraje algún día y luego su secuela. Telegrafia 2: Monkey Power (Poder de mono)
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