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De la misma forma que casi todos los superhéroes se esconden tras una máscara, los sistemas de alerta suelen quedar ocultos a los ojos del ciudadano de a pie. A pesar de su invisibilidad, representan un elemento de seguridad esencial donde se necesiten, ya sean ciudades, plantas industriales, embalses u otras zonas presentes en nuestra vida diaria. Las sirenas evolucionan, de la misma manera que lo hacen las personas y la tecnología; por lo tanto, puede decirse que las sirenas de hoy no tienen el mismo aspecto que tenían en el pasado ni trabajan de la misma forma.

Gracias a sus nuevas características, las sirenas electrónicas modernas pueden responder con mayor eficacia y rapidez.  Veamos, pues, con mayor detalle las razones por las que los sistemas de alerta actuales son mejores y qué los diferencia de la tan conocida “prueba de la sirena” que asociamos en primer lugar con las sirenas.

Las sirenas propagan el sonido. Una buena sirena propaga una señal sonora de calidad, o al menos así debería hacerlo. Los requisitos en lo que respecta a la calidad del sonido no dejan de aumentar. Las sirenas motorizadas obsoletas tenían una capacidad limitada de producir sonido porque la generación de la señal sonora se producía mecánicamente. Por lo tanto, sólo podían producir tonos de una sola frecuencia y en una dirección concreta. Por el contrario, las sirenas electrónicas, tal y como las conocemos actualmente, pueden propagar una señal acústica de cualquier tipo o frecuencia en cualquier dirección. Además, pueden reproducir también la voz humana gracias a un micrófono conectado sin perder prácticamente inteligibilidad alguna. Las mejores sirenas electrónicas, como la sirena Pavian de Telegrafia, puede almacenar en su memoria un determinado número de señales distintas, unas señales que son claramente audibles incluso a grandes distancias.

Las sirenas electrónicas de hoy en día están inspiradas en otros productos de la industria eléctrica: son dispositivos “inteligentes”. ¿Qué significa eso en este caso? En pocas palabras, las sirenas electrónicas modernas pueden comunicarse entre sí y, al mismo tiempo, pueden recibir información a través de diferentes canales de comunicación. También pueden recibir y procesar señales de radio, GPRS, señales Ethernet u otros tipos de información. Este hecho supone dos ventajas significativas.  En primer lugar, las sirenas electrónicas también pueden comunicarse con otros dispositivos eléctricos (por ejemplo, sensores de diferente tipo, detectores, medidores, etc. ) y al mismo tiempo responder automáticamente a cualquier amenaza inminente o potencial. La segunda ventaja es la facilidad de instalación y conexión de estos elementos de alerta a un sistema de alerta complejo.

La facilidad de mantenimiento y control de estas sirenas electrónicas está directamente relacionada con su sofisticación técnica. Las antiguas sirenas mecánicas requerían la intervención manual para ser activadas, pero las sirenas electrónicas inteligentes pueden ser totalmente automatizadas o controladas manualmente mediante un botón de pared, un ordenador o un panel de control. Y es precisamente su interconectividad lo que hace que las sirenas sean tan fáciles de controlar.  Uno de los mejores ejemplos es la llamada “prueba silenciosa” realizada a distancia. Las sirenas electrónicas modernas tienen funciones de autodiagnóstico, lo que significa que no es necesario realizar una comprobación manual.

Las sirenas más antiguas requieren la conexión a la red eléctrica para asegurar su funcionamiento, motivo por el cual el consumo de energía es significativamente mayor y los costes generales de funcionamiento más elevados en comparación con las sirenas electrónicas. Las sirenas modernas no sólo son más económicas en general, sino que también incluyen baterías que pueden recargarse de la red eléctrica o mediante paneles solares para mantener la sirena en pleno funcionamiento durante varios días.

El material con el que se fabrican las sirenas también ha evolucionado: en lo que respecta a las bocinas de las sirenas, hoy en día se fabrican con aleaciones de aluminio excepcionalmente duraderas, y en lo concerniente a las cajas que albergan la parte electrónica de las sirenas, éstas se fabrican con acero inoxidable de alta calidad. Ambos materiales son más duraderos y resistentes a las condiciones meteorológicas y otros elementos externos.

Gracias a la capacidad de las sirenas electrónicas de comunicarse con otros dispositivos y a su programabilidad, nuestros sistemas de alerta pueden adaptarse a cualquier condición o requisito del cliente con relativa facilidad. Las opciones son variadas: la intensidad de la potencia/salida (hasta 3.000 W), el diseño del material, el respaldo en forma de paneles solares, la comunicación con el área circundante o la elección de los módulos individuales que incluirá la sirena.

En conclusión, se puede afirmar sin temor a equivocarse que, gracias a esta evolución tecnológica, las sirenas ya no son sólo dispositivos de alerta. No se limitan únicamente a cumplir su cometido original, sino que sus posibilidades y aplicaciones se han ampliado enormemente.  Las sirenas electrónicas de Telegrafia son ahora dispositivos modernos e “inteligentes”, capitaneados por las emblemáticas sirenas Pavian o las sirenas Gibon disponibles a un precio optimizado. Son un elemento de seguridad crucial que puede personalizarse de la forma más eficaz posible para que cumplan las condiciones de funcionamiento que se requieran. Gracias a todo ello, las sirenas fabricadas por la compañía Telegrafia pueden funcionar sin obstáculos, reaccionar al instante y contribuir potencialmente a salvar y proteger vidas humanas y bienes.

Artículo escrito por

Róbert Jakab

Robert es como una fotografía en movimiento, porque es como un video. Puede capturar 60 imágenes por segundo. Siempre que pasa algo, lo registra. Actualmente, está trabajando en videos más pequeños y espera hacer un largometraje algún día y luego su secuela. Telegrafia 2: Monkey Power (Poder de mono)