Las sirenas están diseñadas para alertar a la población en caso de un peligro inminente. Su función primordial es difundir señales de alerta que puedan complementarse con un mensaje de voz si fuera necesario. Por lo tanto, es fundamental que estén situadas en un lugar bien audible para tanta gente como sea posible.

¿Cuáles son los tres puntos clave que debemos tener en cuenta al elegir el lugar correcto para la ubicación de una sirena?

La pregunta más frecuente es a qué altura deben situarse las bocinas de una sirena.
Es necesario que la distribución del sonido sea buena y que, al mismo tiempo, no perjudique la audición de las personas que se hallen cerca de la sirena sorona. Por lo tanto, debería situarse a una altura donde no haya obstáculos para la transmisión del sonido.

En las poblaciones, por ejemplo, las sirenas se instalan en edificios municipales y farolas por encima del nivel de edificios y árboles. En pueblos y ciudades, las bocinas y sus estructuras de soporte suelen ubicarse con frecuencia en los tejados de edificios de varias plantas, de modo que nada evite la propagación de la señal acústica de alerta.

Una sirena omnidireccional que asegure la transmisión del sonido a todas las direcciones de forma homogénea (360º) no es adecuada para cualquier zona de riesgo. Para la colocación y el direccionamiento correcto de una sirena es preciso tener en cuenta la densidad de población y el nivel de peligro.

Una distribución adecuada de las bocinas permite enviar el sonido a una o varias direcciones concretas. Por ejemplo, en los valles fluviales, se utiliza normalmente una distribución bidireccional de las bocinas, ya que es crucial que la señal de alerta se propague a lo largo del río.

De forma análoga, es posible asegurar la transmisión del sonido primariamente en una dirección. Esta solución se utiliza normalmente en el sector industrial y las áreas montañosas.

Otro criterio igual de importante para la ubicación correcta de las sirenas es el terreno. Deben tomarse en cuenta las características del terreno que pueden evitar la propagación de las ondas acústicas.

Si una sirena se sitúa al pie de una colina o sobre una de sus laderas, la presión acústica no llegará a sobrepasar la colina. En este caso, la colina actúa como una barrera a la propagación del sonido. De manera similar, si una sirena se sitúa en lo alto de una colina, el sonido no se oirá adecuadamente, incluso en valles poblados, así que lo mejor es instalar la sirena directamente allí donde reside la población.

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Artículo escrito por

Petra Rychtarcikova

Petra es Directora de comercio internacional para la zona de los países de habla hispana, francesa y portuguesa. Petra, con su experiencia en economía mundial, logística internacional, y conocimiento de 4 idiomas, desempeña un trabajo dinámico y responsable para Telegrafia. Entre sus aficiones están los asuntos latinoamericanos, viajar, el turismo y las sirenas electrónicas, y está encantada de hacerle llegar información interesante del mundo de Telegrafia.