¡En absoluto! Veámoslo.

Con el incremento de ventas de nuestros productos aumenta proporcionalmente también la cantidad de trabajo que debe realizarse en un plazo determinado. En ocasiones, esta circunstancia hace aflorar nuestras arrugas. Gracias a que la dirección de la empresa Telegrafia se preocupa de la salud y el bienestar mental de sus empleados, pudimos participar en el curso de Gestión del tiempo. La idea principal del curso era: No estresarse, no sentirse triste ni cansado.

Este curso nos proporcionó el know-how sobre cómo aprovechar de modo efectivo el potencial de toda la jornada laboral, cómo concentrarse en los asuntos más importantes durante una avalancha de obligaciones e interrupciones y no preocuparse por aquello que está por encima de nuestras posibilidades y que no depende de nosotros. Aprendimos a obtener una imagen de conjunto, a deshacernos del estrés, a encontrar el equilibrio entre la vida laboral y personal y a alcanzar los objetivos propuestos. Y lo más importante, a mantenernos en una condición psíquica conveniente.

¿Sabía que una persona sin objetivos es feliz solo al 40%? Por otro lado, la gente que se marca objetivos (tanto en la vida personal como profesional) es más feliz. Si no tengo claro adónde voy, dará igual el camino que tome. Por este motivo es mejor plantearse objetivos más pequeños. Alcanzar estos objetivos nos hace estar más felices y satisfechos.

Otro tema importante es el sueño. Su calidad y cantidad. Para conseguir la máxima efectividad, es necesario que la regeneración del sueño sea de calidad. Una de las teorías que más me sorprendió fue que el sueño previo a la media noche es más útil que el de después de la medianoche.

En la actualidad nuestro cerebro está repleto de información. Es difícil decidir qué información nos puede resultar útil o no. Un exceso de información puede colapsar nuestra mente. Por ese motivo debemos preguntarnos: ¿Estoy dispuesto a pagar por esta información? ¿Necesito esta información? ¿Me ayudará esta información?

Son tan solo algunas de las ideas que recuerdo. El curso tuvo una influencia positiva. Ya he empezado a notar un cambio en el comportamiento de mis compañeros. En varias ocasiones ya hemos dejado de hablar sobre temas sin sentido para continuar con nuestro trabajo.

Pero todavía debería responder a la pregunta del titular. El cuerpo humano se hace cada vez más viejo y el cerebro humano cada vez más lento. Quizás no nos guste, pero es un hecho. ¿Recuerda cuántas cosas podía hacer en un día cuando era joven? El día era larguísimo. Hoy apenas tiene unas horas y nos quedamos con la sensación de no haber hecho lo suficiente.

Es un hecho y tenemos que aceptarlo, por lo que tenemos que trabajar de forma más eficiente.