Quizás le sorprenda saber que los campos de golf son lugares con un riesgo relativamente alto de sufrir cambios de tiempo peligrosos. Los campos de golf son realmente extensos: un campo de dieciocho agujeros a menudo ocupa un área de unas 60 hectáreas, es decir una superficie equivalente a 84 campos de fútbol consistente, principalmente, en una zona paisajística, sin muchos árboles ni edificaciones.

Por lo tanto, el mayor peligro para los jugadores de golf es una repentina tormenta durante la que el riesgo potencial de caída de rayos es superior al que puede ocurrir en la práctica de otras actividades. En caso de fluctuaciones meteorológicas, los jugadores necesitan encontrar un lugar seguro lo antes posible, una circunstancia que puede conllevar cierto tiempo, habida cuenta de lo amplio y plano que suele ser el terreno de un campo de golf.

Ha habido diversos casos en los que las tormentas han herido e incluso matado a personas que estaban jugando en un campo de golf. Uno de los ejemplos más conocidos es el que ocurrió en el Open de los Estados Unidos de 1991, cuando un rayo impactó sobre seis personas matando a una de ellas.

Una situación similar ocurrió en agosto de 2019 en un torneo celebrado en Atlanta, EE.UU. No hubo víctimas mortales, pero varios espectadores resultaron heridos como consecuencia de la caída de un rayo. Apenas 28 minutos después de que los organizadores detuvieran el torneo, un rayo impactó en un árbol cerca del campo de golf y las ramas hirieron a seis personas.

Resulta evidente que si tenemos en cuenta la amplitud de un campo de golf, las tormentas o los cambios de tiempo suponen un riesgo considerable para los golfistas y los espectadores, y que ante la necesidad de rescatar a los jugadores en caso de emergencia, cada minuto cuenta. Algunos campos de golf poseen áreas de cobijo para los espectadores como tribunas cubiertas protegidas contra la caída de rayos, pero incluso en estos casos es necesario alertar previamente a los ocupantes.

Siempre es posible evitar el peligro llevando a cabo una evacuación efectiva y oportuna del campo de golf. La señalización visual en los paneles luminosos no es suficiente. Con este propósito, muchos clubs de golf utilizan sirenas de alerta para transmitir una señal acústica que puede oírse en todo el recinto.

Las tormentas de rayos no son el único riesgo para los golfistas. Las precipitaciones de granizo, los aguaceros repentinos, los vendavales o los remolinos de viento también pueden ser potencialmente peligrosos. Un sistema de sirenas debería permitir al personal de los campos de golf alertar lo antes posible a todo el mundo con independencia del lugar del recinto en el que se halle.

Es fundamental que las sirenas utilizadas puedan activarse con rapidez y de forma remota, así como que su señal cubra todo el recinto del campo de golf. Igualmente, es necesario que las sirenas sean resistentes a las inclemencias del tiempo. ¿Qué tipo de sirenas cumplen estos requisitos?

El número y el tipo de sirenas de alerta puede variar en función del área del campo de golf; sin embargo, la combinación de sirenas robustas fijas y de sirenas móviles ha demostrado ser en la práctica la mejor opción. Las sirenas fijas (por ejemplo, las sirenas Gibon fabricadas por Telegrafia) poseen una construcción resistente y una enorme cobertura acústica gracias a la elevada potencia de su señal sonora, que permite cubrir una gran superficie. Pueden reproducir múltiples tipos de alarma y mensajes pregrabados. Las sirenas pueden activarse y controlarse de modos distintos, de forma local o remota, y también pueden conectarse a un sistema de supervisión del tiempo.

En el caso de campos de golf más pequeños o como complemento a los sistemas de alerta fijos, puede resultar útil el uso de sirenas móviles (por ejemplo, las sirenas Screamer Car de Telegrafia), que pueden instalarse en un carrito de golf y alimentarse con la batería del vehículo.

El volumen de sonido puede ajustarse en ambos tipos de sirenas; pueden instalarse fácilmente en diversos lugares y protegerse de forma que solo el personal del club de golf pueda activarlas.

Si se realiza una configuración adecuada de sirenas como los modelos Gibon y Screamer Car, todas las personas presentes en el campo de golf podrán ser alertadas oportunamente sobre cambios en la meteorología.

En función de la intensidad de dichos cambios de tiempo, las sirenas pueden emitir instrucciones previamente grabadas para detener el juego o facilitar instrucciones de evacuación en caso de que se aproxime una situación de emergencia, ya que incidentes como los ocurridos en el Open de EE.UU. de 1991 anteriormente mencionados pueden ocurrir en cualquier lugar y en cualquier momento.

Artículo escrito por

Zuzana Jacova

Zuzana trabaja en el departamento de marketing de Telegrafia. Su responsabilidad principal es supervisar Google Ads y Facebook. El marketing online es cambiante, lo que le proporciona la oportunidad de expandir constantemente sus conocimientos y aplicarlos en entornos reales. Después de trabajar, le gusta relajarse en el gimnasio y ver buen cine.