Vuelta a lo básico
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Las cosas están sujetas a un desarrollo, un progreso y una evolución constantes como consecuencia del cambio de los tiempos y las posibilidades tecnológicas o, de lo contrario, acaban sepultadas por el tiempo. Sin embargo, todas estas cosas tienen su origen en unos fundamentos que representan un paso adelante en el momento de su creación y que, teniendo en cuenta su uso, satisfacen perfectamente todas las necesidades. Con los sistemas de alerta masiva ocurre lo mismo. Lo que empezó con puramente un sonido se traslada ahora a una imagen; lo que era analógico se convierte en digital, y lo que era motorizado pasa a ser electrónico. Habida cuenta de que la evolución constante es natural, ¿qué necesidad hay entonces de un nuevo enfoque que echa la vista atrás a lo más básico?
Ser “inteligente” no es suficiente. Hay que ser clarividente.
Porque es posible que incluso el todo no sea suficiente. La protección de la población de cualquier país requiere una comunicación de primer orden, un bagaje tecnológico, seguridad y una fiabilidad del cien por cien. Lo primero y más importante es proporcionar una alerta que llegue a cualquier persona en cualquier lugar y en cualquier momento. Por lo tanto, los canales de comunicación de emergencia deben ampliarse, no sustituirse. ¿Qué significa esto exactamente? La alerta acústica siempre ha sido la piedra angular de la alerta masiva, y con el paso del tiempo lo único que se ha hecho es añadir tecnología y nuevos métodos de alerta. En muchos casos, este principio se ha mantenido vigente hasta que la piedra angular del sistema, las sirenas, se derrumbó bajo la superficie de este edificio imaginario.
La forma acústica de alerta producida por las sirenas electrónicas ha sido sustituida por aplicaciones que se supone que alertan a los residentes de amenazas inminentes: mensajes de alerta que aparecen en los paneles de información o en las pantallas de los dispositivos inteligentes. Estos métodos son una excelente manera de propagar la noción de un peligro inminente, llamar la atención y, si es necesario, proporcionar la información o los procedimientos necesarios sobre cómo comportarse durante una situación concreta. Funcionan perfectamente en las circunstancias adecuadas, pero siguen dejando lugar a la feroz controversia que provoca la pregunta: ¿y si…?
Así que… ¿y si…?
Las aplicaciones móviles dependen de que la mayor parte de la población disponga de teléfonos inteligentes. ¿Pero qué pasa si no los tienen? Además, sólo pueden funcionar de forma completa y fiable cuando están constantemente conectados a Internet. Y aunque incluso sólo funcionen utilizando una red móvil, hay que tener en cuenta que no todos los lugares ofrecen una buena señal de cobertura y que no todos los teléfonos móviles están encendidos las 24 horas del día. Si además tenemos en cuenta la aparición de situaciones críticas, hay que considerar la eventualidad de la caída de todo el sistema. ¿Y entonces qué? Lo cierto es que estos “agujeros negros” en la ruta de la señal de alerta pueden ser resueltos acústicamente.
Sirva como ejemplo reciente e impactante en el que una alerta masiva consistente casi en su totalidad en una aplicación móvil se vio fuertemente afectada el caso de las inundaciones repentinas y las lluvias torrenciales en Alemania en 2021. Las advertencias de peligro llegaron demasiado tarde a muchos residentes, y la falta o la ausencia total de sirenas tuvo como consecuencia la aparición de daños a gran escala en las propiedades y una mayor pérdida de vidas.
¿Quiere proteger su país? ¡Pues hágase oír bien!
El sistema nacional de alerta forma parte de la red de protección civil, y hay que estar seguro de que su alcance y cobertura sea suficiente para proteger a todo el mundo. La empresa Telegrafia sabe que, cuando se implementa cuidadosamente, un sistema de alerta acústica es la única manera de transmitir la información necesaria a todos sitios y a todo el mundo en cualquier momento, por eso está construido sobre esta base. Esté donde esté y haga lo que haga, estará informado. ¿Quiere proteger su país? Hágase oír bien. Díganoslo a nosotros.
Artículo escrito por
Róbert Jakab
Robert es como una fotografía en movimiento, porque es como un video. Puede capturar 60 imágenes por segundo. Siempre que pasa algo, lo registra. Actualmente, está trabajando en videos más pequeños y espera hacer un largometraje algún día y luego su secuela. Telegrafia 2: Monkey Power (Poder de mono)
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