Turquía y Siria estremecidas hasta sus cimientos
Escuche el articulo
Han pasado ya casi dos semanas desde que la catástrofe golpeó el sur de Turquía y noroeste de Siria, dejando a su paso cicatrices grabadas literal y profundamente en la historia. El lunes 6 de febrero, un terremoto de magnitud 7,8 grados en la escala de Richter sacudió la zona sorprendiendo con este mazazo de la Madre Naturaleza a ambos países a las 4:17 de la madrugada, hora local. Mientras que para algunos el tiempo se detuvo en un momento que se hizo eterno, para otros todo ocurrió excepcionalmente rápido. Pero nadie esperaba que el desastre pudiera repetirse poco después. Con algo menos de una magnitud de 7,5 grados, un segundo temblor volvió a sacudir la región de la falla de Anatolia Oriental apenas nueve horas después del primer seísmo. Y prosiguieron otros de menos intensidad. Los datos del satélite europeo Sentinel1A confirman que el suelo se ha desplazado tres metros debido a los seísmos.
El tiempo no respeta las tragedias, y con su paso se incrementa el número de víctimas, que hasta ahora ha superado la difícilmente imaginable cifra de 35.000 fallecidos. El tiempo, sin embargo, podría haber dado previamente algunas pistas de lo que podría acontecer. El país ya estaba padeciendo hundimientos en algunos lugares, y las señales apuntaban a la inevitabilidad del desastre desde hacía bastante tiempo.
Desgraciadamente, ninguno puede decir lo más importante: cuándo puede volver a ocurrir una cosa así. Los trabajos de rescate no cesan y todo parece indicar que esta situación no acabará pronto. El ruido de las excavadoras no se detiene en un país cuya fisionomía ha cambiado hasta quedar irreconocible, aunque se necesitaría un momento de silencio para honrar todo lo que esta tragedia ha engullido con su poder destructor. Ciudades, pueblos, campos, cosechas, vidas y futuros han quedado devastados. Hay voluntarios, trabajadores de salvamento y médicos ayudando, mientras que otros países están enviando sus equipos de rescate. El esfuerzo para mitigar las consecuencias del terremoto está siendo especialmente complicado en Siria, asolada por años de guerra civil. A esto hay que añadirle el Covid, el cólera y el declive económico.
Sí, lo que ha pasado en Turquía y Siria puede servir para encontrar maneras para prepararse mejor para escenarios similares en el futuro. Solo el tiempo dirá si realmente ha sido así o no. El autor del artículo ha mencionado la palabra tiempo en varias ocasiones. La razón es simple. Una fracción de segundo puede significar la diferencia entre la vida y la muerte, y disponer de tan solo algunos segundos más para reaccionar puede traducirse en muchos años de vida por delante. Las grietas en la tierra se repararán, pero no habrá consuelo para los corazones rotos. Debemos proteger nuestras vidas en cada situación.
Pero ¿cómo? Las soluciones de alerta temprana basadas en sirenas electrónicas pueden ser una opción de protección. Una señal junto con los datos de sondas sísmicas colocadas a profundidad bajo el suelo y capaces de responder a las alteraciones más sensibles activan una alerta acústica. ¿Podrá cambiar esto los daños materiales causados por el terremoto? Francamente, no. Pero ofrecerá a las personas un valioso tiempo que les permitirá reaccionar adecuadamente. Con grandes movimientos de tierra como los de Turquía y Siria, el intervalo podría ser de unos 35 segundos, lo que equivale a poder salir de un edificio o a la apertura de puertas en los parques de bomberos para que los bomberos puedan salir del parque antes de que se derrumbe. Igualmente podría dar tiempo a los operadores de ascensores para enviar los ascensores a la planta baja y a las empresas ferroviarias para frenar los trenes y evitar un posible descarrilamiento: unos segundos vitales para activar el instinto primario de rescate.
Para más información sobre soluciones para combatir terremotos y catástrofes naturales, visite el sitio web de Telegrafia. Si está interesado en nuestras sirenas electrónicas y otros dispositivos de alerta, no dude en ponerse en contacto con nosotros.
Artículo escrito por
Róbert Jakab
Robert es como una fotografía en movimiento, porque es como un video. Puede capturar 60 imágenes por segundo. Siempre que pasa algo, lo registra. Actualmente, está trabajando en videos más pequeños y espera hacer un largometraje algún día y luego su secuela. Telegrafia 2: Monkey Power (Poder de mono)
Podría interesarle
Publicaciones recientes
- Telegrafia en la Exposición Nacional de Innovaciones en Resiliencia Climática y de Desastres 2024 en Filipinas
- Abrazar la innovación: La supremacía del texto a voz sobre los mensajes pregrabados en las sirenas electrónicas
- Caso de Éxito – Celebrando 8 Años de la Implementación Exitosa de un Sistema de Alerta Pública en el RESERVORIO ŚWINNA PORĘBA
- Telegrafia en la EXPO DE SEGURIDAD MEXICO de Récord
- Telegrafia en la Plataforma regional líder en agua y aguas residuales para el desarrollo de Asia