Los sistemas de alerta suelen instalarse en áreas con una alta densidad de población, mayoritariamente en las ciudades que poseen un mayor número de habitantes. Sin embargo, los sistemas de alerta también se instalan en zonas remotas como ríos, presas, costas, etc., donde hay presente una gran riqueza de especies naturales. En estos lugares, los técnicos y los usuarios de los sistemas de alerta deben hacer frente a obstáculos que forman parte de la naturaleza. Las abejas y las avispas consideran a menudo las bocinas de las sirenas electrónicas un lugar idóneo para crear un nuevo hogar. Hasta el punto que, a veces, los técnicos padecen las picaduras de las abejas durante sus labores de mantenimiento.

El problema más importante que puede ocurrir en el mal funcionamiento de un sistema de alerta es una bocina atascada. El primer signo indicador de una bocina atascada suele ser la reducción de la intensidad en la señal de alerta. De hecho, la función principal del sistema de alerta es producir una señal de alarma de alto volumen, con lo que cualquier atasco en las bocinas debe ser eliminado inmediatamente. Una de las opciones posibles es limpiar de forma regular las bocinas. Pero este método conlleva mucho tiempo y un elevado coste. La opción más efectiva es la instalación de una red de protección que no deje entrar a los insectos. Las redes de protección están hechas con acero inoxidable, de manera que no necesitan ningún tipo de mantenimiento. Además, estas redes protectoras para sirenas electrónicas pueden utilizarse tanto en bocinas grandes como pequeñas.

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Artículo escrito por

Jan Suvak

Jan lleva más de ocho años trabajando para Telegrafia. Empezó como comercial de sistemas de alerta en Eslovaquia y la Republica Checa. También participó por entonces en la gestión de pequeños proyectos. Desde entonces ha realizado diversos cursos de formación en materia de comunicación, ventas y dirección. Gracias a ello, hoy ocupa el cargo de jefe de equipo en negocios internacionales. Vender es una de sus aficiones, no es solo trabajo. Además de gestionar su equipo, vende sistemas de alerta en la República Checa y los países de habla árabe. Le gusta practicar deportes y el excursionismo, pero su verdadera pasión es la bicicleta.